Sobre una Amapola

"Ojalá que se llame Amapola,
que me coja la mano y me diga ¡qué sola!"
(Extremoduro)


Soy, sin quererlo, como otros siete mil millones de personas, otro intento fallido de la perfección. Y sin que os déis de cuenta me desvaneceré. Pero puede que deje alguna huellita en algo o en alguien.

"We are only dust in the wind"
(Kansas)

Busco la felicidad (completa) desde hace quince años, y creo no haberla encontrado aún. Aunque a veces me cruzo con pequeñas partes de ella. 

"Loving her was like shaking hands with the devil" (Jack Carson en "Mildred Pierce". 1945)



Siempre he vivido con un libro bajo el brazo. Mi primer libro fue "Cuéntame un cuento", me lo regaló mi madre  cuando era pequeña para que me callara cuando comía (y a todas horas también); el resultado fue un libro lleno de sopa, una niña llorona y una madre desesperada. 

Nunca me planteé en escribir. Nunca hasta que llegué al instituto "Macías o Namorado" y conocí a mi profesora de Francés, que es escritora también, Rosa Enríquez. Ella llevaba el llamado "Clube de Lectura", y todos los viernes no juntábamos un reservado grupo de alumnas en la biblioteca del instituto para leer poesía, hablar  y sobre todo pensar. No quiero tampoco menospreciar el trabajo del adorado Manolo Baleirón, nuestro profesor de Xeografía e Historia, que tanto nos hablaba de romanos y reyes godos. Papá también me ha influenciado tanto, y desde pequeña me llena la cabeza de datos históricos y teorías. 
Bien, pues así, en primero de la E.S.O, comencé a escribir poesía. La narrativa vendría después.

El sinfín de viajes que hecho en mi corta vida han sido los detonantes. En París (la tercera vez que fui, en el 2009), estuvimos en el museo de la Guerra, y escuché a papá hablarme en serio de la Primera y Segunda Guerra Mundial.  A partir de ahí, ese tema hibernó en mi mente hasta la primavera del año pasado, cuando comencé a escribir los primeros trazos de esta historia. Sin cómo ni porqué, dejé la poesía a un lado y durante un par de días escribí como una loca. Después dejé la historia a un lado. Pero en agosto del año pasado viajé por segunda vez a Inglaterra. Pateé Londres, y os puedo decir que es el lugar más hermoso y mágico del mundo. En el Imperial War Museum había una exposición llamada" Los niños en la Segunda Guerra Mundial", y a partir de ahí el proyecto explotó. En septiembre del año pasado abrí este blog y estoy tan contenta e ilusionada como el primer día. Ahora no vivo sin mi pluma y mis libretas.

Es triste decir que me encánta la música, porque todo el mundo lo dice. Creo que es también culpa de papá, porque desde pequeña escucho a The Beatles, Queen, The Doors, Scorpions y tantas cosas más... Papá siempre dice que me encantaba "Bette Davis Eyes", de Kim Carnes. 
 Me encanta el sabor amargo, y no sé quien sería yo si no existiese el té de frambuesa bien cargado.
Las tormentas son el fenómeno meteorológico que más me encanta. Suelo inspirarme bastante cuando llueve.
Utilizo una cámara réflex, una Nikon D5100, con los objetivos 18-55 y 55-200.
Me hubiera gustado que en mi casa, así como hay una gran admiración hacia los libros, la filosofía, la cultura y la música; que hubiera una admiración también hacia el cine. Mi película favorita es sin duda "Pearl Harbor". A mamá y a mí nos encantan las series de época (Véase "Downton Abbey", "Sangre y acero" y cientos más) y las películas también.
Ah, y mis libros favoritos son "Orgullo y Prejuicio" y "Fahrenheit 451".

Tengo otros dos blogs más. Uno es de poesía, mayormente en gallego, y el otro y más reciente es otra historia ambientada en los locos años 20. Aquí os los dejo.





Mucho amor para todos. 
Paula.


Agosto 2012. (Actualizado en Febrero de 2013)

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